…siempre anda arrastrando sus problemas e inquietudes…
…a veces, del roce se rompe la bolsa…
No vas a detenerte sabiendo que vas a tener que seguir caminando. Creyendo siempre que no importa cuan grandes o pequeños sean los pasos que vas dando. Dudando de la posibilidad y engañando a tus ansias de echar a volar. Se abren tantos caminos ante ti… pero prefieres sentir tus piernas como raíces de asfalto que acabar arruinado por invertir en pasiones aun desconocidas. Esterilizado por tus miedos, tus misterios. Los lastres son los que tu eliges… pero si saltas, ¡valiente capitán!, se convertirán en polvo. Y esa sonrisa, que siendo de mimbre, se va doblando, aunque nunca se rompa. Y reconoces, a ratos, que los silencios que te acompañan son, si cabe, aun mas bellos cuando pierden el compás. Y aunque aun no estas del todo convencido, el pasado pertenece ya a tus monstruos, y comprendes que cada paso puede ser un nuevo aliento, igual que cada gota de tinta es una nueva historia en el papel por desvirgar. Y sonríes…
Lidia